Creo que estoy haciendo ese duelo. No la quiero soltar. Acá está cuidada por mí, yo la puedo proteger, la puedo contener, la puedo alimentar, le puedo cantar, la puedo pasear; después no sé. Es durísimo. Es fuerte. Es tan poderoso que me hace temblar. Es un amor nuevo. Desconocido. Intenso. Descontrolado. Incierto.
Escribir es el anzuelo que vuelve a buscarme cuando necesito encontrarme a mí misma. Cuando recuerdo que también soy la que escribe. Que también soy estas que después cambian y se transforman. Que la vida pasa y se escurre pero las palabras quedan.
Escribir es eso. Un recordatorio de que estamos acá. De que estoy acá. De que de verdad existo. Las palabras quedan flotando y me recuerdan quién fui. Aunque más no sirva para eso está bien. Volveré. ¿Volveré a escribir? Puede ser.
Estos son fragmentos de Vida Propia, un diario en edición sobre la experiencia de convertirme en madre. Todos los fragmentos que fui subiendo están ACÁ
*** Collage maravilloso por Alejandra Arregger.
Encontré éste espacio por azar, por ocio en mi trabajo, estoy fascinada con éste descubrimiento. Tengo algunos textos que quiero compartir, es increíble saber que hay muchas mujeres que escriben desde su experiencia cómo se vive la maternidad. Mis felicitaciones y claro que compartiré en mis redes VIDA PROPIA.
🙂
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Hola, Mar. Nunca te respondimos este mensaje! Gracias por tus palabras. Mandanos todo lo que quieras compartir a vidapropialit@gmail.com Gracias!!
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«No olvides lo imprescindible: ¡ESCRIBIR!» (el comenzar a escribir es raro – el partir, muy caro…
escribir es como dibujar: te atrapa en cualquier lugar y como todo: es cuestión de práctica (y lectura)…
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