Libros para embarazadas hay miles. Libros con embarazadas, no. Laura Freixas lo dijo hace un par de años en una conferencia: “Las grandes novelas sobre el embarazo no existen”. A mí me tocó descubrirlo cuando me embaracé y no encontré casi ninguna ficción que tuviera una embarazada como protagonista. Ahora, me resigno a ponerme contenta cuando encuentro algún libro así por casualidad. Ya es un fetiche que tengo. Embarazadas, partos, madrastras, algunas de mis obsesiones cotidianas de la literatura.
Esta es una lista acotada de algunos embarazos literarios que leí y recomendaría. Vale sumar más lecturas en los comentarios.
Heartburn, de Nora Ephron
Una periodista especializada en cocina descubre que su marido tiene una relación amorosa paralela con una conocida de ambos mientras está embarazada de 7 meses de su segundo hijo. El libro no es (solo) sobre su embarazo sino también sobre la vida después de un descubrimiento inesperado, y es muy gracioso. Entre recetas de cocina y monólogos de odio para su marido, hay párrafos de autoflagelo conmiserativo en clave de humor, llantos, terapias de grupo, periodismo y comida, mucha mucha comida. Y está Nora Ephron, que es todo lo que está bien en el mundo. “Sentí que escribía sobre lo que estaba pasando o me mataba”, contó Ephron muchos años después (sí, es autobiográfico). Más adelante salió la película, con Meryl Streep y Jack Nicholson, que acá se llamó “Se acabó el pastel”, y que no vi, pero que debe ser un bodrio inmirable porque no la dirigió ella (alguien que lo desmienta).
El embarazo de mi hermana, de Yoko Ogawa
Este libro es una mezcla entre un diario de maternidad, una novela corta y un relato extrañado. La embarazada es la hermana de quien escribe las entradas con fechas y protagoniza la mayoría de los acontecimientos del libro. Fue el primero que leí que tenía una embarazada como personaje importante y me encantó porque no encontré nada de lo que esperaba. Había náuseas, sí, pero eran raras, como si la embarazada que las sufría no fuese una persona normal sino un animal tirado en el bosque que de repente no encuentra nada de lo que le gustaba masticar. No hay nada rosa en el relato. Su hermana no es un ser virginal y sagrado con un sobrino en el vientre sino un personaje alienado. La traducción no es para aplaudir pero el original está en japonés, qué le vamos a hacer.
La habitación alemana, de Carla Maliandi
La maternidad no planificada como una pesadilla de la que no se sabe cómo escapar y el embarazo como el primer capitulo de ese desconcierto. Una novela que desidealiza el *momento evatest*, le pone palabras a la nada que sobreviene a la certeza del embarazo no deseado y se mezcla con otros condimentos que vuelven extraño el cuerpo: los viajes, los duelos, las separaciones, la migración. Es otra especie de diario aunque no tenga entradas, y vuelve útil la pregunta de si es necesario escribir el embarazo de forma lineal, como algo que sigue a otra cosa que sigue a otra cosa. Hasta el momento todas las novelas con embarazadas que leí resultaron así.
9 months, de Paula Bomer
Este libro es el mejor que leí de todos los de embarazadas. Quizás sea porque lo protagoniza una mujer odiosa que ya tiene otros dos hijos y que relata su embarazo con asco, lo cual le da un poco de humanidad a esa experiencia cubierta de azúcar rosado que vemos en las representaciones mediáticas. La cuestión es que esta madre agotada se embaraza de su tercer hijx y paniquea. Resuelve irse de su casa, “abandonar” a sus dos hijos y a su marido y escapar en un viaje a lo largo de Estados Unidos para no tirarse por el balcón. El relato omnisciente lo vuelve todo muy dramático y tragicómico. Acá un pedacito que traduje porque todavía no está editado en español.
La bata aterriza en el piso. Ahora su cuerpo es su enemigo. Está caliente, enorme y se está haciendo cosas raras a sí mismo. No puede reconocerlo y le duele como la mierda. Ahora, ahora es cuando Sonia sabe que dios existe y no la ama. No la ama porque, después de todo, ella no es una buena persona. No es una buena madre, no es una buena esposa y no es una buena hermana. Y es por eso que el dolor se siente tan pertinente, porque se merece este dolor. Se merece este mensaje de dios. Y se siente bendecida. Se siente en comunión con dios, siente que él está dejando que ella sufra, que se queme en el infierno de su cuerpo, su cuerpo en llamas, y que todo tiene un sentido. Karma. Lo que sucede conviene. Se merece este dolor. Es el dolor que le causó a los demás, volviendo para saludarla.
El primer hombre malo, de Miranda July
Mirada July está re loca, eso ya lo sabe cualquiera que la haya leído un poco. En este libro simplemente se deja ser y enloquece también a sus personajes. Es imposible contar algo sobre la novela sin spoilear o pincharle toda la magia. No se puede explicar, hay que leer y ya. Confíen en mí, hay una embarazada, hay un parto, hay lucha libre y mucho delirio, pero está muy bien. Como en el embarazo, si es deseado hay que dejarse llevar por la locura total de una experiencia nueva y confiar en que todo estará bien, o no, pero bueno, al libro al menos podemos devolverlo…
Hace mucho tiempo, mucho más que la edad que tiene mi hijo –que ya tiene seis años– y que fuera consciente del deseo, o no, de mi maternidad, leí una novela divertida, entretenida, sobre una mujer que queda embarazada. Nunca más lo encontré ni recuerdo el nombre, pero este listado me encantó, no solo porque es un estado sobre el que me gusta leer, sino por la diversidad en la selección.
Gracias
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¡Gracias, Julieta! Qué ganas de que te acuerdes el nombre. Acá vamos a estar esperando. Beso grande y gracias a vos.
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Sumo La Sal, de Adriana Riva a este listado, que no se había editado cuando lo armaron. Y me guardo la lista para buscar alguno y leerlo en los meses de gestación que me quedan 🙂
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