Sueño que tenemos un bebito. Un nene de ojos muy claros, rubio, cachetón. Soy feliz pero no sé qué nombre ponerle. Es un niño sin nombre.
Quedan dos meses y monedas para verla. Ella se sigue moviendo, casi no le conozco ninguna parte porque en la ecografía no se deja ver pero la siento todo el tiempo adentro, me la imagino pero no puedo verla, me cuesta hacerme a la idea, pensarla como un ser que existirá fuera de mí. Estoy contenta aunque agotada porque no sé si todo va a salir bien. Ya pesa un kilo y medio, en cualquier momento va a poder vivir afuera, es un pancito casi terminado de cocer. Es ella, ya es ella y la puedo sentir crecer.
Estos son fragmentos de Vida Propia, un diario en edición sobre la experiencia de convertirme en madre.
***Ilustración maravillosa por @alearregger