¿Qué tipo de droga son los bebés?, se pregunta la escritora canadiense Rivka Galchen en su libro Little Labors:
“Muchos días pienso que la bebé es una droga. Pero, ¿qué tipo de droga? Un día decido que es un opiáceo: me cubre con una profunda sensación de bienestar, una sensación que no está unida a ningún logro o atributo, y esa sensación de bienestar es tan intoxicante que estoy dispuesta a dejar que mi vida se desmorone por completo si se trata de seguir buscando sentir eso. Otros días, la bebé me produce en la mente un set distinto de neurotransmisores predominantes. Me hace acordar a la madre de gemelas que me dijo que sí, que amaba a sus hijas, pero que una tarde se encontró a sí misma comprendiendo fácilmente a la mujer que había ahogado a sus cinco hijos, y ella, mi amiga, después de sentir eso, decidió pedir ayuda. Llamó a su madre. Su madre le dijo: El bebé humano es inútil, el bebé humano es como ningún otro animal bebé, los animales por lo menos pueden caminar, mientras que el bebé humano es una nada.”
Rivka Galchen, Little Labors, «What drug is a baby?»
¿Qué cosas hacemos bajo la influencia de un bebé? ¿Qué tipo de adictos nos volvemos? Un bebé es droga, muchos bebés son droga, ¿la maternidad es el dealer? Hay días que dan sobredosis pero hay otros que generan una abstinencia sideral.
Todo este libro de Rivka Galchen es, para mí, droga (y los bebés un poco también). La conocí en 2015 estando embarazada de mi hija en un viaje a Nueva York que hice con mi mamá. Galchen iba a entrevistar a Karl Ove Knausgard -ya hablaré largo y tendido sobre mi crush con #KarLove- y antes de la entrevista leyó un par de textos de este libro, Little Labors, que todavía no había salido publicado. Uno de los que leyó hablaba sobre escritores/as con hijo/as y me re quedó. Después lo encontré en ese librito naranja de tapa dura que devoré como una droga dura real. Droga, droga, droga.
Little Labors es uno de esos libros que nunca se van a traducir acá en Argentina, porque es de nicho, porque ni en Estados Unidos lo debe haber comprado mucha gente, y porque habla del puerperio, un temón que aunque está consiguiendo algo de público y atención en el mundo literario, sigue siendo piantavotos para cualquier editorial que se precie. Ojalá cambien las cosas y lo tengamos acá. O lo traducimos y hacemos fotocopias. Alguna de esas. Mientras tanto, será en pedacitos que lo vayamos teniendo. Igual, como con cualquier droga dura, mejor no generarse sobredosis.
*El collage/imagen del post lo hizo Alejandra Arregger.
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